Han sido, y son, una figura imprescindible en cualquier expedición, descubrimiento o logro de la historia de la humanidad.
Desde hace miles de años hasta hoy en día.
Quizá sólo superados en importancia por los víveres y las vituallas.
Porque tienen un cometido que no todo el mundo sabe llevar a cabo con maestría.
Se trata de los cronistas. Los narradores. Los storytellers.
Los que nos cuentan lo que pasó.
Magallanes tuvo a Pigafetta, Hernán Cortés tuvo a Bernal Díaz del Castillo y Alejandro Magno viajaba con sus inseparables biógrafos y cronistas.
Otros prefirieron elaborar un diario: lo hizo Roald Amundsen sobre su exitosa expedición al Polo Sur, lo hizo el capitán Scott sobre su trágica expedición al Polo Sur y lo hizo Percy H. Fawcett en su incansable búsqueda de la Ciudad Perdida de Z.
En cualquier caso, todos entendían la importancia de dejar constancia de sus logros.
Y gracias a ello conocemos su historia.
Quizá no puedas liderar una gran expedición u organizar una aventura épica, pero siempre podrás aprender a contarla.

